CRÓNICA DEL ENCUENTRO DE OTOÑO
por Pilar García
Los días 18 y 19 de octubre nos reunimos los amigos
del Monasterio de Santa María de Carbajal para realizar el encuentro de otoño.
El tema central era el “Concilio Vaticano II” anunciado por el Papa Juan XXIII
en el año 1959. Se desarrolló en cuatro sesiones entre los años 1962 al 1965.
El ponente del taller era Dº Antonio Trobajo, canónigo de la Catedral y gran
conocedor del tema que nos ocupaba cuya talla intelectual es reconocida por
toda la Diócesis.
La exposición del tema se dividió en tres partes
diferenciadas, profundizando en lo importante de este acontecimiento. En primer
lugar, se describió el contexto social e histórico en el que surge el “Concilio
Vaticano II”, época de cambios y revoluciones sociales que afectaban a la
sociedad occidental de entonces. Se desgranan lo objetivos principales que se
pretendían conseguir mediante esta convocatoria. Para parte de los asistentes
era desconocida la importancia que tuvo este evento histórico en la concepción
de la iglesia actual. Sin embargo, muchos de los presentes vivieron
personalmente con gran expectación todos los pormenores de este acontecimiento,
y conocían por ello, el nombre de muchos de los cardenales y personalidades de
la iglesia que lideraron las nuevas ideas que serían el germen de la iglesia
actual.
La segunda jornada del taller se enfocó en lo
esperanzador que suponía el desarrollo de este Concilio en todos los niveles
político, social y religioso. Imagino que los fieles de entonces estarían
expectantes por saber cuáles serían los resultados del mismo. La reflexión
conciliar del momento dio numerosos frutos que nos fue enumerando Dº Antonio
Trobajo, sintetizándolos en veinticuatro puntos que se fueron desgranando uno
por uno, partiendo del eje central “Iglesia, ¿qué dices de ti misma?”. El
resultado de este Concilio siempre animado por el Espíritu llevaba a sentir un
gozo esperanzado en la posibilidad de un nuevo tiempo que se abría para la
iglesia, una iglesia rostro visible del amor de Dios, servidora del Reino en el
Mundo, independiente de los poderes terrenales, plural y respetuosa con otras
creencias siendo fermento y alma del mundo.
Por último, el ponente nos invitó a sentir que los
ecos del Concilio aún resuenan con fuerza en la actualidad, que cincuenta años
es un tiempo escaso para que todos los objetivos que se pretendían se hayan
conseguido. Este acontecimiento que forma parte del pasado de la iglesia, es
sin embargo, un tema moderno en su fondo, y totalmente aplicable en todos sus
postulados en este tercer milenio, con numerosos aspectos tratados en su
momento por el Papa Juan XXIII y los Cardenales que todavía están en proceso de
desarrollo, con lo que su revisión y estudio debe servir de acicate para las
conciencias adormecidas, despertar de la rutina y desvivirnos porque se hagan
realidad todo los buenos frutos que dio el Espíritu en los cuatro años que duró
el Concilio Vaticano II.
Además del desarrollo del taller que he resumido
someramente, se celebró el viernes una misa por los difuntos de la asociación,
recordando a Pepín y a Mª Luz que ya disfrutan del descanso eterno. También
tuvimos momentos de oración acompañando a la Comunidad Benedictina en la
Liturgia de las Horas. Asimismo, se reunió la “Junta de Socios” para renovar
cargos y preparar las actividades que se llevarán a cabo este año. Finalmente,
terminamos el encuentro con la solemne Eucaristía del domingo para, a
continuación, despedir a todos nuestros amigos venidos de otras provincias a la
espera de reunirnos nuevamente en un próximo encuentro y seguir formándonos
como cristianos comprometidos con nuestra fe.
María Pilar
García Garcia
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